El estancamiento hídrico: descubre qué es y cómo evitarlo

¿Cuántas veces ha sufrido daños por estancamiento hídrico debido a abundantes lluvias? No es posible eliminar completamente el riesgo de que ocurra este fenómeno. Lo que sí puede hacer, sin embargo, es reducirlo considerablemente tomando las precauciones necesarias. Veamos con más detalle de qué depende el estancamiento hídrico, por qué motivos ocurre con mayor facilidad y cómo prevenirlo.

El estancamiento hídrico ocurre cuando el suelo no puede recibir el agua que presiona desde arriba porque los espacios vacíos del interior ya están ocupados. El estancamiento hídrico puede ser superficial, cuando el agua permanece visible en la superficie del suelo, y sub-superficial cuando el agua invade, en las capas superficiales del suelo (por ejemplo los primeros 40-50 cm), los macroporos (estos en condiciones óptimos están ocupados por aire). En este caso, el estancamiento no es visible, pero es igualmente dañino ya que reduce la capa útil para el desarrollo del cultivo.

En una tierra agrícola fértil y bien gestionada, el estancamiento hídrico debería ser solo un fenómeno transitorio que dure unas horas. La normal corta duración no afectaría la fertilidad del suelo y no causaría daños a los cultivos. Por el contrario, cuando el estancamiento hídrico, tanto superficial como sub-superficial, persiste en el tiempo, provoca alteraciones que, según la duración, el cultivo y la etapa fenológica, también pueden ser graves. El estancamiento hídrico “duradero” es (casi) siempre sinónimo de un suelo con porosidad insuficiente con respecto a las necesidades agronómicas y pone de manifiesto ineficiencias e insuficiencias en su manejo.

Para entender cómo es mejor actuar es necesario familiarizarse con las relaciones que unen agua y tierra, adquiriendo algunos conceptos agronómicos que no son precisamente fáciles. De hecho, observando el comportamiento de muchos agricultores, se puede decir que estos conceptos son bastante difíciles de entender, ya que sus acciones a menudo parecen ir en la dirección opuesta.

Estancamiento hídrico: tejido y porosidad del suelo

La tierra agrícola está compuesta por espacios sólidos (la porción sólida del suelo) y espacios vacíos (poros). El equilibrio óptimo entre estos dos componentes, que proporciona una relación cercana al 50%, es difícil de mantener en muchas condiciones.

Los poros consisten en micro y macro poros. Los microporos son los intersticios existentes entre las partículas arcillosas, que tienen dimensiones inferiores a 0,002 mm y un comportamiento coloidal más o menos diferenciado. Los macroporos son los espacios que existen entre los glomérulos, entre los gránulos o entre las estructuras de desagregación de los terrones (producidos por el procesado) o entre las partículas de arena, que son las partículas con un diámetro superior a 0,2 mm.

Los coloides del suelo, que es la porción más pequeña de las partículas que componen el suelo y que están dotadas de una carga eléctrica en su superficie, están rodeadas por una capa de agua sometida a fuerzas químicas (sobre todo enlaces dipolares) que la retienen y la hacen inaccesible para plantas. A esto se le llama agua higroscópica, pero por simplicidad podemos incluir una segunda capa de moléculas de agua, denominada películar, que también se atrae con una energía considerable y por tanto poca o nada disponible para cubrir las necesidades de las plantas. El espacio residual entre los coloides puede estar completamente ocupado por agua que se mueve por efecto de la capilaridad. En condiciones ideales, los microporos siempre están empapados y satisfacen las necesidades de las plantas. La capa de suelo donde el agua se mueve y está sujeta a capilaridad se llama “franja capilar”. Un componente fundamental de la fertilidad está vinculado al grosor potencial de esta capa. De hecho, en periodos caracterizados por precipitaciones inferiores a las necesidades de los cultivos, el suministro de agua, en tierras de secano, se encomienda únicamente a la subida capilar. Para que este fenómeno satisfaga al cultivo es necesario que el nivel freático esté conectado a la franja capilar y que ésta llegue a la capa de suelo que puede ser explorada por las raíces del cultivo.

En los macroporos la circulación del agua está influenciada por la gravedad: el agua desciende hacia las capas más profundas de la tierra hasta alcanzar una capa impermeable o ligeramente permeable. Por encima de la capa impermeable se forma o está presente la capa freática, que se puede conectar y confundir con las reservas hídricas más profundas y por ello también se alimenta de aguas que proceden de zonas lejanas (incluso de varios kilómetros), o ser independiente de ellas y entonces impulsado y sostenido únicamente por las aguas de origen meteórico (lluvia y nieve). Esta segunda condición es muy extendida y típica de muchos territorios de la llanura padano-veneciana, donde los depósitos aluviales han creado capas arcillosas a profundidad media que separan las capas más profundas, algunas incluso de origen geológico, desde los más superficiales de origen meteórico, propiamente llamadas freáticas.

En suelos naturales, la mayoría de los macroporos tienen un origen biológico y son canalículos que quedan del desarrollo de las raíces, del paso de las lombrices, organismos fundamentales de la fertilidad del suelo, de las larvas de insectos y más en general de los artrópodos. Estos, definidos bioporos para recordar su origen, son uno de los elementos que han permitido el desarrollo de la técnica de siembra directa o sod-seeding. Esta técnica de cultivo requiere que el suelo nunca se trabaje con máquinas; la permeabilidad está garantizada por la formación de bioporos formados por la vegetación, cultivos y fauna presente de forma natural en suelos agrícolas fértiles, y por la presencia de materia orgánica, y se mantiene evitando compactar el suelo con el pasaje de máquinas.

Estancamiento hídrico: ¿qué tipos de tierra?

Los suelos arenosos son siempre permeables porque son, por el tamaño de las partículas que los componen, ricos en macroporos y pobres en microporos. La presencia reducida de microporos hace que los suelos arenosos sean muy sensibles a la sequía. De hecho, los microporos, además de permitir la subida capilar, constituyen en conjunto el volumen de la capacidad de campo, es decir, el almacén donde se puede almacenar el agua. Los suelos arcillosos (con contenidos de arcilla superior al 40%) son en cambio, debido a la naturaleza de las partículas que los componen, ricos en microporos y la presencia de macroporos depende del número y de la estabilidad de agregaciones entre las partículas. Por esta razón los suelos sujetos a estancamiento hídrico son los caracterizados por una textura rica en arcilla o arcilla y limo, y un bajo contenido en arena. En estos suelos es importante mantener un equilibrio entre los microporos y los macroporos porque la permeabilidad del suelo depende de los macroporos.

En los suelos profundos de la llanura padana y de muchas otras llanuras italianas, es raro que el suelo no pueda absorber agua incluso después de fuertes lluvias. La causa del estancamiento persistente hídrico, es decir, lo que puede dañar el cultivo, no depende del volumen de agua que se pueda almacenar en el suelo, sino de la reducida permeabilidad de la capa trabajada. Evidentemente, el fenómeno del estancamiento hídrico se produce solo en presencia de lluvias intensas o prolongadas. Además, durante el invierno, cuando las temperaturas disminuyen o bloquean la actividad vegetativa, el estancamiento hídrico no causa problemas particulares, incluso si dura varios días. Por otro lado, cuando la vegetación está activa, la ausencia de aire en el suelo, y por tanto de oxígeno, provoca un sufrimiento del cultivo que se manifiesta, en casos severos, con clorosis y un amarillamiento progresivo de las hojas.

Entonces, resumiendo, se puede decir que:

• Nuestros terrenos pueden contener grandes cantidades de agua porque en promedio son suelos profundos;
• El estancamiento hídrico es causado por una permeabilidad insuficiente de la capa del suelo que puede ser explorada por las raíces;
• La absorción de agua se confía a los macroporos que, en suelos arcillosos, dependen de los agregados de partículas y su estabilidad;
• En suelos naturales, o manejados según la técnica de siembra directa, un componente importante de los macroporos está compuesta por los bioporos, poros de origen biológico;
• El estancamiento hídrico no es muy dañino durante la estación fría, mientras que es potencialmente dañino durante la primavera, cuando el cultivo está en plena actividad vegetativa.

Por lo tanto, es esencial manejar suelos tenaces para preservar los agregados existentes y crear las condiciones para que se formen nuevos agregados. Esto presupone en muchas empresas agrícolas una revisión total de la forma de trabajar la tierra, de abonarla, de cultivarla: desde la preparación del semillero hasta el procesamiento poscosecha.

Estancamiento hídrico: arreglos agrícolas

Para obviar parcialmente el problema del estancamiento hídrico en las llanuras del centro-norte de Italia, se han realizado arreglos agrícolas complejos caracterizados por un canal de drenaje denso, formado por zanjas, y por una pendiente dada a las parcelas. La pendiente sirve para garantizar un drenaje superficial al agua de lluvia evitando que se estanque en la superficie. La red de drenaje tiene la función de mantener un área de cultivo adecuada a las necesidades de los cultivos, es decir, una capa dentro de la cual se sobrepasa la capacidad de campo del suelo solo por breves períodos. Por lo tanto, los arreglos agrícolas tienen como objetivo eliminar rápidamente el exceso de agua y rara vez están estructurados para favorecer el almacenamiento de agua en el suelo.

Los asentamientos agrícolas son fundamentales en aquellas zonas donde las precipitaciones superan determinados umbrales y se concentran en determinadas épocas del año. Sin embargo, cuando la precipitación anual excede ligeramente las necesidades de evapotranspiración de los cultivos, el drenaje rápido del agua puede resultar una estrategia perdedora. En los últimos años, el aumento de los años secos y el cambio en la distribución de las precipitaciones han provocado un descenso progresivo de la franja capilar y, en algunas zonas, una reducción de las reservas de aguas profundas. Para remediar este último punto, también se están planificando en Italia (copiando un proyecto extendido sobre gran parte de California) en zonas con suelos permeables, zonas de recarga de los acuíferos. Normalmente son campos cultivados que se aíslan del sistema de drenaje durante el invierno para que el agua tenga tiempo de filtrarse al suelo y reponer el agua subterránea o aguas subterráneas más profundas dependiendo de las condiciones del subsuelo.

Estancamiento hídrico: acciones preventivas 

En este punto, habrá entendido bien qué acciones pueden ser útiles para reducir los problemas de estancamiento hídrico y, al mismo tiempo, evitar una extracción demasiado apresurada del agua de lluvia de su terreno.

La primera acción es eliminar la suela de procesamiento que, colocada a una profundidad de 40-50 cm, ralentiza enormemente la percolación del agua, convirtiéndose en la principal causa de estancamiento subterráneo y superficial. La suela de procesamiento se elimina trabajando el suelo con subsoladores de anclaje recto a una profundidad de 10-15 cm más alta que la del arado.

La segunda acción consiste en eliminar el arado para evitar la formación de la suela de trabajo. Además, el uso del arado implica una reducción del contenido de sustancia orgánica que es el eje de la tercera acción.

Como también hemos mencionado en nuestro artículo dedicado al ahorro hídrico en la agricultura, de hecho, el aumento del contenido de materia orgánica, y en particular de humus, en el suelo favorece la formación de glomérulos y gránulos estables que son los elementos que garantizan la formación de macroporos. Las técnicas para aumentar la sustancia orgánica incluyen:

• Abandono del arado (que nunca debe ser volcado y profundo);
• El aporte de fertilizantes orgánicos (digestato, estiércol, compost, …);
• Introducción al ciclo de cultivo de cover crops y cultivos de abono verde.La cuarta acción consiste en no compactar el suelo, evitando el paso por el campo cuando el suelo, por el contenido de agua, no es muy portante, y dotar a los vehículos de sistemas de propulsión adecuados. Abandonar aquellos procesos que con su intensidad rompen los agregados del suelo. Pero sobre este aspecto es necesario abrir una nueva ventana para examinar con mayor detalle las causas, efectos y remedios. También es correcto recordar las acciones preventivas que se refieren a la eficiencia de la ordenación agrícola de las tierras agrícolas. En este sentido, la acción más importante pasa por la nivelación del terreno para eliminar depresiones dentro de las parcelas. Estas zonas, caracterizadas por altitudes más bajas y por tanto por un franco de cultivo menor, son más sensibles al estancamiento de aguas superficiales y no superficiales.

Conclusión

En este artículo hemos abordado brevemente el fenómeno del estancamiento hídrico. Hemos visto de qué depende y en qué tipos de terreno es más frecuente. Como mencionamos en la parte superior de la página, no es posible eliminar completamente el problema. Con las precauciones adecuadas y evitando los tipos de procesamiento que conducen a la compactación del suelo, ciertamente puede reducir el riesgo de estancamiento hídrico en sus parcelas.

Esperamos haberle proporcionado la información que necesita. Si tiene dudas o solicitudes más específicas, ¡no dude en contactarnos! Nuestros expertos de Forigo estarán encantados de responder a sus preguntas.